Visión de conjunto de la Agenda Latinoamericana’2003

 

 

Cuando ya estaba en la calle nuestra edición anterior, la de 2002, el 11 de septiembre se encargó de poner en primera actualidad el tema central elegido: «diálogo de culturas». Hubiéramos deseado no tener tanto acierto. El tema de este año es la lógica continuación de aquél: «Las religiones en diálogo para la paz del mundo».

Las palabras de Hans Küng expresan también nuestra convicción: «No habrá paz en el mundo sin paz entre las religiones. No habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones». Y añadimos: «no habrá diálogo entre las religiones sin aceptación del pluralismo religioso».

Prolongando pues el diálogo de culturas, en esta edición de 2003 queremos insistir tanto en la necesidad de ese diálogo de las religiones para la Paz del mundo, como en la apertura a este «nuevo paradigma» del «pluralismo religioso» hacia el que llamamos encarecidamente la atención de todos ustedes.

Presentamos ahora el hilo conductor interior de ideas de esta Agenda, que puede ser captado también fácilmente ojeando el «índice de contenidos» de la página anterior. Véalas, por favor.

 

La introducción de Pedro Casaldáliga inicia la Agenda y presenta, una vez más, la orientación y el sentido del mensaje general de la edición. El elenco de los aniversarios martiriales mayores del año, la relación de premios y las nuevas convocatorias a concursos completan la entrada de la Agenda.

 

Conforme a nuestra clásica metodología latinoamericana, «partimos de la realidad», para VER, con varios análisis de coyuntura. Petrella, Stédile, Ramonet, Comblin, Petras, Taibo, González Faus... hacen sus aportes cualificados al respecto.

 

A continuación entramos en la sección dedicada al JUZGAR. Los análisis de Boff, de Faus, de la propia Agenda, tratan de dar claves reflexivas para interpretar el momento presente. Y esa interpretación nos lleva al tema fuerte del pluralismo religioso. La Agenda misma hace un inicial planteamiento teórico-práctico que trata de poner las bases, y hace a la comunidad de lectores-militantes una oferta para profundizar el tema y trabajarlo a lo largo del año, prometiendo unas herramientas pedagógicas que hará disponibles por internet (cfr pág. 47)

Se completa esta sección con una llamada de atención hacia algunas zonas calientes o puntos de interés a lo ancho del mundo: el diálogo con el Islam, la situación de Africa, así como las imprescindibles Grandes Causas: Indigena, Negra, de la Mujer, Ecológica...

Un pequeño conjunto de documentos y reflexiones aptos para ser trabajados y debatidos en grupo completan la sección del JUZGAR.

 

La tercera parte corresponde al ACTUAR, las propuestas de cara a la acción: destaquemos entre todas la invitación a crear en cada lugar un «comité popular contra el ALCA», ese camuflado y radical ataque a la soberanía de nuestros pueblos que llenará de miseria y dependencia nuestro Continente. La Agenda invita encarecidamente a todos los militantes a ponerse en acción.

 

Concluye la Agenda con las secciones habituales finales: los premios concedidos en las categorías de «Cuento corto latinoamericano» y «Páginas neobíblicas», la publicación de otros textos ganadores en los concursos, la sección «Quién es quién en A.L.», el infaltable «Punto de encuentro» para la participación de los lectores, más el elenco actualizado de los «Servicios Koinonía», patrocinados por esta Agenda... cierran la obra.

 

En definitiva, el mensaje de este año es: hemos de ser fieles a nuestros ideales de siempre en el único escenario posible, que es el que la historia nos ofrece. Nosotros no nos perdemos en la captación de cual es «el drama mayor de nuestro tiempo», que no ha variado a pesar de los cambios. Los conflictos culturales y religiosos no sustituyen esa estructura fundamental ni el imperativo ético que de ella se deriva; simplemente nos hacen conscientes de nuevas dimensiones, a las que queremos responder en la misma fidelidad de siempre a las Grandes Causas, a la Patria Grande y a la Patria Mayor. La utopía, siempre la misma y siempre nueva, nos sigue entusiasmando, a pesar de los cambios de escenario y a pesar incluso de las trasnformaciones que la propia religión está experimentando. Vamos «ligeros de equipaje» y no tenemos miedo a desprendernos de todo que es relativo. Estaremos ahí, en pie de diálogo, entre las culturas y entre las religiones, abiertos al pluralismo religioso y siempre fieles a nuestro espíritu «latinoamericano» (en una «geografía espiritual»).

 

Seguimos en nuestra filosofía de conjuntar el papel y la telemática: estamos poniendo en internet los textos de la Agenda (en castellano, y en portugués) para que puedan ser tomados y acomodados a la necesidad de cada comunidad o grupo, antes de imprimirlos para repartirlos como material de trabajo en la reunión de reflexión y/o de educación popular.

Más allá de este único contacto anual que es la edición de la Agenda de papel, solemos comunicarnos a través del servidor de lista «Novedades Koinonía» (gratuito) a quien se suscriba (vea en la pág. 244 la forma de hacerlo). También a través del portal de Koinonía (http://servicioskoinonia.org) y de la Agenda (http:latinoamericana.org). Ése será nuestro lugar de encuentro y nuestra cita permanente durante el año.

La Agenda del próximo año tendrá como tema central, en principio, «Nuestros respectivos fundamentalismos». Esperamos los aportes de todos ustedes.

 

Uso pedagógico de la agenda

Esta Agenda está pensada como un instrumento pedagógico para comunicadores, educadores populares, agentes de pastoral, animadores de grupos, militantes...

Los textos son siempre breves y ágiles, presentados bajo la concepción pedagógica de la «página-cartel», pensada y diagramada de forma que, directamente fotocopiada, pueda ser entregada como «material de trabajo» en la escuela, en la reunión de grupo, en la alfabetización de adultos... o expuesta en el tablón de anuncios. También, para que esos textos puedan ser transcritos en el boletín de la asociación o la revista del lugar.

La presentación de los textos se rige por un criterio «económico» que sacrifica una posible estética de espacios blancos e ilustraciones en favor de un mayor volumen de mensaje. La falta de mayores espacios blancos para anotaciones (para poder mantener su precio popular) puede ser suplida por la adición de páginas adhesivas. También puede añadírsele una cinta como registro, e írsele cortando la esquina de la hoja de cada día para una localización instantánea de la semana en curso.

 

Ecumenismo

Esta agenda intenta un «ecumenismo de suma», no «de resta». Por eso no elimina lo propio de católicos ni lo específico de protestantes, sino que lo reúne. Así, en el «santoral» han sido «sumadas» las conmemoraciones protestantes con las católicas. Cuando no coinciden, la protestante va en cursiva. Por ejemplo, el apóstol Pedro es celebrado por la Iglesia católica el 22 de febrero («la cátedra de Pedro»), y por las Iglesias protestantes el 18 de enero («la confesión de Pedro»); las diferencias se pueden distinguir tipográficamente. Gentilmente, el obispo luterano Kent Mahler nos presentó en estas páginas, en una edición anterior, a los «santos protestantes».

La Agenda es aconfesional y, sobre todo, macroecuménica: se enmarca en ese mundo de referencias, creencias, valores y utopías común a los Pueblos y hombres y mujeres de buena voluntad, que los cristianos llamamos «Reino», pero que compartimos con todos en una búsqueda fraterna y humildemente servicial.

 

Las lunas

Nuestra agenda expresa las fases de la luna en la hora latinoamericana, más concretamente en la hora «andina» (la de Colombia, Ecuador, Perú, Chile), a una diferencia de cinco horas respecto a la «universal».

 

Una agenda colectiva…

Ésta es una obra colectiva. Por eso ha recorrido este camino y es hoy lo que es. Seguiremos recibiendo agradecidos las sugerencias, materiales, textos, documentos, novedades bibliográficas… que se nos quiera hacer llegar, para confeccionar la Agenda del año 2004... Acogeremos y haremos un espacio en estas páginas a aquellas entidades que quieran ofrecer su servicio al Continente patrocinando algún premio o concurso para estimular cualquier aspecto de nuestra conciencia continental. Así seguirá siendo una «obra colectiva, un patrimonio latinoamericano, un anuario antológico de la memoria y la esperanza del Continente...».